Tras clausurar los Centros de Mayores de la comunidad de Madrid, asociados a actividades de ocio y no asistenciales, el ministerio de Sanidad y la Comunidad de Madrid han recomendado este lunes que los mayores con patologías que pueden ser consideradas coadyuvantes de la infección por coronavirus se queden en sus domicilios. Con la posibilidad de cerrar los Centros de Día en el aire si en el avance epidemiológico de la situación se complica queremos preguntarnos
¿Estamos preparados para atender a nuestros mayores en el domicilio?
¿Qué puede pasar si los centros de día de nuestro país suspendieran su actividad durante 15 días?
Para empezar, nos encontraríamos con una auténtica batalla campal de las empresas de ayuda a domicilio para conseguir los mayores caídos de los centros de día. Pero una vez capturado el cliente… ¿Daremos una atención de calidad?
Por un lado, nos encontraremos que las empresas SAD tendrán una enorme dificultad para encontrar profesionales formados y de calidad para atender a los mayores en el domicilio y esto puede ser la línea que delimite si tenemos un sistema de atención domiciliario sólido o hasta ahora estábamos poniendo parches a lo que hace unos años era “la chica de casa” y hoy conocemos como “empleada de hogar”.
En los últimos años proliferan las empresas que bajo esta modalidad de contratación ejercen de grandes buscadores de recursos humanos y gestorías de contratación e intermedian con las familias haciendo que sean ellas mismas quien contraten a un profesional que en el mejor de los casos tiene experiencia, pero que en muchos otros carece de la formación socio sanitaria necesaria para atender a una persona mayor en una situación como la que se nos acontece. Para que una empresa que actúa bajo este sistema se considere una empresa de ayuda a domicilio debe disponer de profesionales socisanitarios multidisciplinares que gestionen la atención que se ofrece a la persona mayor en el domicilio dotándole de recursos asistenciales coordinados destinados al cumplimiento de objetivos de intervención.
Hablamos de un plan de atención individualizada hacia el mayor y no una simple búsqueda de recursos humanos supervisados ocasionalmente por un coordinador que se limita a preguntar a la familia su satisfacción con el trato recibido. Esto implica contar con profesionales sanitarios siendo estos los establecidos por la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias entre los que se encuentran fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogos, enfermeros, médicos, técnicos auxiliares de enfermería, nutricionistas etc.
En el otro extremo tendremos a profesionales ampliamente formados, con experiencia que verán el momento de hacer valer sus conocimientos socio sanitarios y es probable que reivindiquen su posición en el sector al encontrarse en una situación ventajosa de oferta – demanda como ocurre actualmente con los servicios de enfermería en las residencias de mayores.