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Productos de apoyo para cuidar sin sujeciones

Ya son pocos los que defienden el uso de sujeciones físicas como una medida terapéutica. La evidencia científica arrojada ha confirmado todos los efectos adversos que posee para las personas con demencia.

Vamos a realizar especial hincapié en los productos de apoyo. Es muy importante conocer de la mano de expertos el amplio repertorio de productos que existen en el mercado para trabajar sin sujeciones.

Actualmente surgen  muchas marcas comerciales, que lejos de diseñar productor coherente con la humanización del cuidado, lo único que haces es crear un producto que SI SUSTITUYE A LA SUJECIÓN e inmoviliza a la persona evitando que salga de la cama, por ejemplo.

Las  principales funciones  de los productos de apoyo óptimos para trabajar sin sujeciones, son dos:

  • Favorecer una adecuado posicionamiento de la persona, a través de dispositivos externos de control de tronco, de bases antideslizantes, cojines en cuña, etc.
  • Evitar consecuencias negativas de caídas con productos como colchones en laterales de la cama, baldosas de caucho, colchonetas “pisables”, protectores craneales, calcetines antideslizantes, etc.

No todos estos productos sirven para todo el mundo,  cuando hablábamos  de poner a cada persona en el centro de la intervención, hablamos de analizar a cada un y no optar por generalidades que lo único que pueden hacer es llevarnos a la equivocación y con ella tener una consecuencia muy grave. Es fundamental centrarnos en cada persona y proporcionarle el producto de apoyo indicado para ella.

Todas las personas estamos sujetas a cambios y las personas con demencia también, por esto la pauta de producto de apoyo  no debe crofinicarse en el tiempo y es necesaria una revisión adecuada  con la finalidad de la anticipación a posibles caídas.

El cuidado sin sujeciones físicas conlleva un cambio de mirada sobre la persona, en la que nos centramos en sus capacidades,  y en la que se vele por su derecho de autonomía. Conlleva un cambio de paradigma en la cultura asistencial totalmente opuesto al tradicional, en el “que se cambie el chip”. Para esto es necesaria la adquisición de conocimientos previos que ofrezcan seguridad a los profesionales respecto a la nueva forma de cuidar y la acumulación de experiencias en la retirada, preferiblemente guiadas por profesionales expertos en la reducción de sujeciones.

Para comenzar con el proceso de reducir sujeciones de forma efectiva en una organización es necesario:

  • Poner a la persona en el centro de la intervención y no el proceso organizativo del recurso en cuestión.  Es fundamental conocer a la persona sin sujeción. Mientras  la tengamos inmovilizada  no la vamos a conocer nunca.
  • Analizar caídas, interviniendo siempre sobre la posible causa de la caída y no la consecuencia.
  • Saber manejar, analizar y evitar alteraciones de conducta. Al igual que en el análisis de caídas, es fundamental conocer la causa por la que la persona con demencia ha sufrido una alteración de conducta y para en ocasiones futuras, poder anticiparse y evitar que esta conducta escale.
  • Analizar el propio centro: zonas de riesgo, zonas de mayor número de caídas, zonas donde se usen más sujeciones, etc
  • Conocer productos de apoyo  específicos para, no sustituir a la sujeción física, sino  para favorecer la independencia de la persona con demencia, evitando graves consecuencias  de caídas.