Las palabras poseen mucho poder y también sobre las Personas Mayores.
El lenguaje es un sistema de signos que utiliza una comunidad para comunicarse oralmente o por escrito. Además, es la capacidad propia del ser humano para expresar pensamientos y sentimientos por medio de la palaba.
Esto, lo podemos apreciar en la historia de la filosofía, por ejemplo, Sócrates, Platón y Aristóteles , a través diálogos y la palabra ,como herramienta , se acercaban a la verdad y expresaban el mundo del conocimiento.
Luis Castellanos, filósofo español, realiza grandes aportaciones. En ellas, asegura que el lenguaje construye la realidad, porque las palabras crean la forma en el vemos el mundo, abren o cierran horizontes, nos dicen como somos, como son los demás y condicionan el comportamiento.
Además, realiza un gran apunte: “Si cuidas las palabras, el lenguaje te cuidará a ti”. Y esto me lleva a reflexionar….
¿Qué lenguaje utilizamos para y con las personas mayores?
El cuidado de mayores está impregnado de paternalismo y de un lenguaje lleno de estereotipos y no debemos olvidar que el lenguaje construye la realidad.
Nuestro lenguaje cotidiano sobre las personas mayores se encuentra repleto de estereotipos y creencias negativas.
Algunos estereotipos construidos a través del lenguaje y el paternalismo social existente son:
- Todas las personas mayores son iguales.
- Las personas mayores están enfermas, tienen dependencia funcional y son frágiles.
- Están solos y aislados.
- Tienen problemas de memoria.
- Son rígidas y no se adaptan a los cambios.
- No pueden aprender cosas nuevas.
- Los mayores deben seguir trabajando.
- No tiene relaciones sexuales.
- Se vuelven como niños
Un ejemplo claro del paternalismo y de algunos de estos estereotipos, son las frases que hemos venido escuchando “Nuestros mayores”, que aunque sin mala intención, desprende cierto tufillo sobre protector.
Con nuestro lenguaje y estereotipos, discriminamos a las personas mayores, dejando visible solo aspectos negativos de ellas mismas.
El uso de palabras como demente, dependiente, vejestorio, decrépito, o la connotación negativa que le damos a la palabra viejo, o el trato general como colectivo, solo expresan nuestros pensamientos sobre las personas mayores. Porque, como hemos indicado al principio del texto, a través de la palabra expresamos nuestras emociones y pensamientos.
Podríamos decir que es la pescadilla que se muerde la cola. La imagen social y estereotipos nos llevan a producir este lenguaje excluyente y el lenguaje nos lleva a tener esta imagen negativa de las personas mayores.
El lenguaje sobre las personas mayores y hacia ellas debería ser menos imperativo, mas inclusivo, y positivo.
Desde Atención Integral a la Dependencia proponemos centrarnos en las capacidades de las personas, mirándolas como lo que son, personas , sin tener en cuenta su edad.
Una palabra de aliento posee mayor poder del que podemos imaginar. Dedicar palabras positivas y motivadoras a quien lo necesita le ayudará a conseguir su objetivo. Sin embargo, una palabra destructiva a alguien que esta pasando por un mal momento puede ser lo único que se necesite para hundirlo más.
