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La depresión en Personas Mayores

El próximo dia 13 de Enero se conmemora el Día Mundial de la lucha contra la Depresión y en este blog os vamos a hablar de la Depresión en Personas Mayores.

En personas mayores de 65 años tiene una alta prevalencia y produce un impacto negativo en la calidad de vida.

Dentro de los factores de riesgo de esta enfermedad,  se destacan el  duelo, los trastornos del sueño,  la discapacidad,  el episodio depresivo previo, el género femenino, la  demencia y condiciones médicas crónicas.

La depresión en personas mayores se muestra forma diferente a la depresión en jóvenes. Los ancianos deprimidos  muestran menos ánimo triste, más ansiedad y más quejas somáticas que los jóvenes con la misma patología.

El pronóstico  de esta enfermedad en personas mayores es en general pobre, pues este trastorno en los ancianos presenta mayor tasa de recaídas y mayor mortalidad general que en las personas de otras edades.

¿Qué es la depresión?

Según la OMS, es un trastorno de salud mental común que afecta a más de 264 millones de personas en todo el mundo.

Se caracteriza por una tristeza persistente y una falta de interés o placer en actividades que previamente eran gratificantes y placenteras.

Además, puede alterar el sueño y el apetito, y es frecuente que concurra con cansancio y falta de concentración. La depresión es una causa importante de discapacidad en todo el mundo, e incide considerablemente en la carga de morbilidad.

Efectos de la Depresión

Pueden ser prolongados o recurrentes, y pueden menoscabar extraordinariamente la capacidad de una persona para actuar y vivir una vida gratificante.

Puede presentarse con diferentes síntomas en cada persona que la sufre, como por ejemplo:

  • Sentirse triste casi todo el tiempo.
  • Perder el placer y el interés por las actividades que solía disfrutar.
  • Sufrir cambios en los hábitos de alimentación y sueño.
  • Tener respuestas físicas o mentales más lentas.
  • Sentirse inquieto o nervioso.
  • Cansarse sin explicación.
  • Sentirse inútil, desesperanzado o indefenso.
  • Sentir mucha culpa sin motivo.
  • No poder prestar atención.
  • Pensar lo mismo una y otra vez.
  • Pensar seguido en la muerte o el suicidio.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico  se realiza mediante una entrevista clínica en la que se tiene en cuenta tanto la información que aporta la persona como sus familiares, y allegados, generalmente para confirmar los síntomas y el tipo de depresión que se pueda presentar.

En la entrevista, el profesional indagará sobre:

  • Pensamientos, sentimientos y comportamientos.
  • Duración de los síntomas y cómo afectan a tu día a día.
  • Nivel de actividad diaria.
  • Relación con tus familiares y amigos.
  • Existencia de problemas que se pueden ver relacionados con la depresión.
  • Enfermedades en el pasado.

Tipos de Depresión

Hay varios tipos, los más comunes son:

  • Grave o mayor:  Síntomas graves que interfieren con la capacidad de trabajar, dormir, concentrarse, comer y disfrutar de la vida. Algunas personas pueden tener un solo episodio en la vida, pero es más común tener varios episodios.
  • Trastorno depresivo persistente (distimia): Síntomas de depresión no tan fuertes como los de la depresión grave, pero que duran por mucho tiempo (por lo menos dos años).
  • Menor: Síntomas de depresión que no son tan fuertes como los de la depresión grave o del trastorno depresivo persistente y que no duran mucho tiempo.

Para tratar la depresión, será necesaria acudir a un/ a profesional de la psicología y/o psiquiatría y seguir sus pautas, que serán totalmente personalizadas y adecuadas a cada una de las etapas que vayamos viviendo con depresión

Los efectos de esta enfermedad pueden ser prolongados o recurrentes, y pueden menoscabar extraordinariamente la capacidad de una persona para actuar y vivir una vida gratificante.