Solo una trasformación tiene éxito cuando la organización ha apostado por una sensibilización que derriba toda resistencia al cambio.
El paradigma clásico de atención más tradicional a las personas con edad, se basa en sistema de jerarquías dentro de las propias organizaciones.
Estas jerarquías vienen encabezadas por las gerencias, direcciones y coordinaciones , seguidas de mandos intermedios, seguidos a su vez, por equipos profesionales de atención directa sometidos a indicadores de cantidad más que de calidad.
Después de 10 años como terapeuta ocupacional , me he dado cuenta que el modelo de atención tradicional a la dependencia, ha cuantificado la calidad de los cuidados de larga duración, dejando de lado los aspectos más cualitativos. Fruto de esto, en mis años como formadora sobre el modelo ACP, he escuchado comentarios muy diversos de insatisfacción sobre el cuidado que los propios profesionales ofrecían, no solo los de atención directa si no todos.
Esta insatisfacción viene dada por la cultura de la organización centrada en un enfoque productivo más que cualitativo, en el que los profesionales están sometidos por un poder meramente organizativo, y aunque insatisfechos, no encuentran las estrategias necesarias para poder poner en marcha un cambio en la organización que cause un impacto positivo en las personas a las que ofrecen apoyos. ¡ojo! Cuando hablamos de profesionales, hacemos referencia a todos los que, de una forma u otra, desempeñan sus funcionales laborales en un centro que ofrece “cuidados” a personas mayores o con demencia.
Para que la trasformación de la organización sea coherente y real se requiere de una adecuada formación de todo el personal de la organización, comenzando por jornadas de sensibilización para hacer necesario el cambio y combatir la resistencia que ofrece.
Es necesario que en las fases iniciales de la trasformación los profesionales sean conscientes de sus puntos fuertes y limitaciones para trabajar bajo el paraguas de la atención centrada en la persona, por lo que son fundamentales espacios de reflexión, partiendo siempre de la autocrítica y sin perder de vista la mejora continua. Esto solo es posible con un conocimiento profundo y real de la filosofía del modelo centrado en la persona.
Una vez que los profesionales han interiorizado dicha cultura, hay que dar paso a grupos de trabajo encabezados por verdaderos líderes proactivos implicados en la mejora de la organización.
Solo una trasformación tiene éxito cuando la formación se ha realizado de la mano de expertos asistenciales verdaderamente formados y con experiencia real en la Atención Centrada en la Persona.
En Atención Integral a la Dependencia, ofrecemos experiencias de éxitos acumuladas en nuestra trayectoria profesional, que ponemos al servicio de los profesionales para apoyarlos en su vida profesional hacia el cambio de cultura asistencial.
Después de 10 años como terapeuta ocupacional , me he dado cuenta que el modelo de atención tradicional a la dependencia, ha cuantificado la calidad de los cuidados de larga duración, dejando de lado los aspectos más cualitativos. Fruto de esto, en mis años como formadora sobre el modelo ACP, he escuchado comentarios muy diversos de insatisfacción sobre el cuidado que los propios profesionales ofrecían, no solo los de atención directa si no todos.